Trono de la Reina.

El Trono de la Reina  o facesitting) es la práctica sexual que lleva al Ama a  la cara,la  boca, y la lengua del sumiso/a que queda tumbado debajo, boca arriba, en actitud totalmente sometida. El Ama puede sentarse aplantado su sexo sobre él/ella o su culo. En esa postura el perro/a solo puede lamer y adorar a su Ama. El placer que vive la Señora es absoluto, la entrega del perro total.  Mi Ana acabába corriendose sobre mi así, en esa postura. Yo no podía ver nada, tenía los ojos temblado, pero cuando notaba como se movía su vagina, sabía que su perrohabía cumplido bien la orden.

Spank.

Para mi ser azotado es una de las sensaciones más fuertes de la sumisión. Es recibir un castigo físico doloroso en el que no hay más placer que servir a tu Ama y dejar que se relaje y se quede a gusto. Mi Ama me azotaba con una pala de cuero dura y los golpes sonaban muy fuertes. llevaba un tanga y así se notaba más el efecto del azote sobre mi piel. Al acabar tenía ganas de lamer las palmas de sus manos  Lo normal era que me pusiera a cuatro patas sobre algo y allí me azotaba... Bonitos Recuerdos. Al acabar mi culo rojo. En la primera entrada del blog hay una muestra.

Se fue.

Un año a sus pies, un año sometido, ansiando un nuevo encuentro. Poco a poco me hizo superar mis límites y cada vez que recibía un mensaje suyo me sentía el perro más feliz del mundo. Duró un año, en ese tiempo fui un perro feliz adorando su superioridad. Un día desapareció...y muchas veces recuerdo cada una de sus sesiones.



Por todo lo vivido gracias, y ahora a volver a empezar. Fue tan bello...

BRAGAS.

La primera vez que quedé con un Ama tuve que ponerme un tanga femenino.  Antes de salir me miré en el espejo, era un tanga negro, apretaba mucho y la transparencia debaja ver mi  ridículo pene. Al andar notaba como presionaba. Cuando el Ama me preguntó si lo llevaba respondí con orgullo que sí. Desde entonces varias veces he llevado bragas o tanga. A pesar de tener un rabito pequeño, de 14 cm. en erección, aprietan. Y al hacerlo me recuerdan mi condición de perro, que bajo los pantalones no hay trampa ni cartón y demuestra lo que es.